jueves, 19 de mayo de 2011

AQUELLAS CAMPAÑAS ELECTORALES



AQUELLAS CAMPAÑAS ELECTORALES

La realidad nos viene demostrando día a día que la política, la palabra política, se ha venido utilizando de una forma tan arbitraria que hoy está bastante deteriorada. Ha perdido solera, respeto, personalidad, al mismo tiempo que, por suerte, se ha ido desfragmentando el franquismo. Hasta para ellos, la democracia ya es hoy su sistema ideal; aunque queden comportamientos aislados que siguen añorando el autoritarismo.

Los partidos parecen transformados en asociaciones deportivas y sus militantes se dividen en seguidores de los dos únicos clubs que compiten en la liga y en lo político. Los ideales, las inquietudes, la lucha por la libertad, por los diferentes y variados caminos que deben de existir, parece que ya no interesan.

Ambos predican: más e igual de lo mismo, prometen cambios que ahondan poco.

Y por tanto se echan en falta aquellas organizaciones de los años ochenta que pedían: identidad, trabajo, igualdad, reformas agrarias,… Sonaba la internacional y un campo de fútbol o una Plaza de Toros se llenaba de gestos, banderas, discursos, ansias de cambiar el mundo,…Se respiraba inquietud y no la indiferencia actual.

Veías por la calle a un joven barbudo que acababa de salir de una librería y que llevaba bajo el brazo: El Libro Rojo del Cole o La escuela de Barbiana y oías al instante: ¡Ese tío vale! Una pena que sea trotskista (un decir). El trabajo era casi artesanal, altavoces familiares y multicopistas de bolsillo. Los curas y movimientos diocesanos, atraían a la juventud con esperanzadoras pláticas y misas de guitarras.

Hoy, quienes actúan en campañas de partidos plantean sus luchas de cara a la galería, después pactan porque temen volver al anterior trabajo, a la oficina, a la escuela,… Y uno se queda con la miel en los labios, sin saber quizás qué hacer, falta convicción y hasta los mismos dirigentes dudan del papel que representan (lanzadores de dardos convencionales).

Esperemos que pronto surjan personas que quieran ejercer el noble oficio de la política, sin pantallas por delante, absurdas declaraciones, sueldos tan elevados y se acerquen a los ciudadanos de forma habitual y no sólo en tiempos de campaña y nos pregunten: ¿Qué? ¿Dónde? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Para qué?,.. Causas, motivos, obstáculos que impiden la marcha normal del pueblo y de sus gentes. Que se interesen de los problemas que afectan a todos y no sólo se preocupen de los de ellos. Que siembren educación, la simiente del desarrollo y no escatimen sembradores (maestros, profesores, auténticos carros de combate contra las crisis). Por fin, el pueblo habrá hablado, de verdad, y al mismo tiempo accionará la maquinaria política que precisa para conseguir sus ansiados fines: desarrollo y prosperidad.

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