sábado, 19 de mayo de 2012

EL MOTOR DEL DESARROLLO



















EL  MOTOR  DEL   DESARROLLO

Ante las continuas adversidades que nos están aconteciendo, el mejor ideal de pensamiento que podemos tener hoy, es que el motor no se detenga. Pero. ¿Cómo conseguir eso? Al no escasear el agua, el combustible, la electricidad, el viento,…El impulso, la vitalidad, el entusiasmo, la inteligencia. La maquinaria, debe seguir funcionando, produciendo. Para ello, será preciso tener suficientes posibilidades y, las hay.
 La investigación es larga y costosa, no obstante existen otros medios que no conviene obviar. ¡Entonces? En busca de soluciones, partiendo de la idea que no hay que caer en absurdas supersticiones. Podríamos acudir al modesto hombre ocurrente, a la persona estudiosa e inteligente que en un momento determinado ve, o está dotada de especial capacidad de observación.
El problema es que siempre se ha desconfiado de la sencillez de sus argumentos porque la ocurrencia de la manzana que cayó, del agua que sale de la bañera, o de las cabras que se ponen nerviosas (al ingerir la planta del café),…son al principio un tanto ingenuas. A veces la solución está demasiado cerca. ¿Quién les iba a decir a aquellas gentes que vieron caer su árbol centenario, después de una enorme tormenta, los beneficios que iban a obtener?
 La desgracia podría haber ocurrido. Sin embargo, aquello fue causa para que se descubriera en el suelo una veta de plomo negro. Los pastores al observar que al tocarla se manchaban los dedos, aprovecharon para marcar a sus ovejas. Con el tiempo, otros mezclaron ese material con arcilla y recubrieron con madera de cedro. Durante años, nuestros escolares han tenido ese sencillo instrumento entre sus dedos.
Nadie ha visto otra aplicación, hasta que recientemente alguien observando que la mina de los lápices contiene grafeno descubre que esa materia conduce la electricidad mejor que el cobre y así algunos científicos en EE.UU. crean antenas con grafeno y silicio que transforma la luz en energía.
 ¿Qué hemos hecho mientras tanto los malos observadores, sino reprender a los niños que jugando frotaban sus lapiceros en sus ropas y elevaban trocitos de papel? Si hubiéramos sido más ocurrentes, ellos nos estaban marcando el camino. Y quienes estaban en Babia o en Las Batuecas éramos nosotros.
 Habrá que empezar a vencer el estatus de un buen estado del bienestar; quizás causa del “¡qué inventen ellos!”.
 Y para que el motor del desarrollo funcione precisa fuerza motriz, energía necesaria para que las piezas del engranaje transmitan el requerido impulso. ¡Vamos! no sólo medios económicos, sino también continuas prácticas de observación diaria, búsqueda de nuevos caminos, más ingenio. Tengamos en cuenta que si el motor está medio parado o produce poco y nos dedicamos únicamente a pagar deudas y hacer vida contemplativa. El deudor estará doblemente contento por su mayor acumulación.

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