EL ARTE POR EL ARTE
Estaba haciendo estas sencillísimas composiciones plásticas que, amable visitante de mi blog, estás viendo.
Cuando de pronto…
La mesa estaba llena de cosas y no digamos el estado en que se encontraba la pequeña habitación estudio.
Tijeras que no cortan por un sitio y tijeras que cortan ¡sabe Dios dónde! Pegamento que pega y deja señal y pegamento que peor pega y no deja señal.
Pinceles de todos las tamaños, nuevos, usados, anchos para limpiar las teclas del ordenador, estrechitos para el polvillo de la pantalla. Rotuladores que tienen punta, algunos que se la han tragado y otros que pintan y no pintan. Goma que borra mal y deja cercos y goma que borra bien y como las tijeras, los pinceles, los rotuladores, los pegamentos y el lápiz que cuando más te hacen falta no encuentras.
Bien, pues después de todo este gran rollo, de pronto un montón de papeles que había encima de la mesa pierde el equilibrio se viene hacia el bote de pegamento y este amenaza a una de las sencillísimas composiciones que estaba haciendo. Papelitos por un lado, gafas por el otro, y la goma y la caja de las “pastillas de Juanola” dando vueltas por el suelo. ¡Vamos una hecatombe!
Y lo que te iba diciendo al principio. De pronto…
Entra una persona en la habitación y me dice: ¡¡¡Qué arte tienes, niño!!!¡¡Qué arte!!
“No te vayas a caer de la silla que los tratamientos traumatológicos están por las nubes…”Con que esto es lo que tienes amigo visualizador. ¿Merece la pena hacer todo lo que tú ves, que no ganas un duro y encima te juegas el tipo y cuando estás pasándolas canutas por los aires? Te digan: “¡¡¡Qué arte tienes niño!!! ¡¡Qué arte!! Y es que a veces pones unas posturas… ¡que asustas!” Menos mal que las composiciones aquí las tienes intactas y geniales (abuela aparte) Y de uno mejor no decir nada del porrazo que recibió y es que las posturas debieron de ser de aúpa para arrancar esta ya gran frase
¡¡¡Qué arte tienes niño!!! ¡¡¡Qué arte!!!
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