martes, 13 de noviembre de 2012

EL CARAMELO























EL CARAMELO

Ya va siendo hora que a las pequeñas cosas se les levante un monumento.
No se trata solamente que se las reconozca porque lo que nos ocupa está lo suficientemente requeteconocido ( y si no que le pregunten a un niño cuánto duran a la puerta de su colegio).
Se merece su monumento, como lo tiene el bolígrafo, la imprenta, el catavino,... Nosotros hemos colaborado en la realización de esta original representación. Ha sido el papel, su digno envoltorio y singular acompañante, quien ha tomado la iniciativa, porque una vez “despapelado” ya no lo ves, estaba tan ¡para comérselo..!. que desapareció.
Retuerce el papel con habilidad, dale un pequeño toque, una pizca de pegamento y ya están los hilos de tu ingenio endulzados para una original creación. Lo peor de los caramelos es que producen caries. Y es que hasta el agua en exceso no es beneficiosa. Pero, un caramelillo de vez en cuando... ¡A nadie le amarga un dulce!-la frase es ingeniosa-.
Pongamos al caramelo en su lugar y lejos de hacer propaganda de sus numerosísimas y encantadoras variedades, que bien se lo merecen, vayamos a su pura esencia, a sus verdaderos y más simples orígenes. ¡Qué necesitamos endulzar nuestra boca y las tiendas están cerradas!
 La solución es muy fácil. Coge un poquito de azúcar, la fundes en un cazo, la dejas enfriar y si sigues los consejos de una persona experta como son las abuelas, así de fácil tienes un excelente caramelo líquido.
 ¿A quién no le gusta un dulce? / con lo dulce que ellos son
Alegran al que conduce
O lee, cose, está en el cine
O viendo televisión.

¡No has invitado, jolines! / los sacas “hasta encendidos”
 Es que es hora de maitines
¡Disculpas! Que te has reído.

 Y en bautizos, comuniones, / festejos y cabalgatas
O las más simples reuniones.
La pasión ya se desata / cuando empieza la pedrea
La gente es que se mata.
Y hasta por uno pelea.

 Hay quien va a las cabalgatas / con el paraguas al revés
Teniendo la mala pata
Que se lo doblan después.

 Hoy fumar está prohibido / y lo saben los banqueros
O cualquier oficinista
Y serás muy bien venido / Con esta sencilla pista
¿Te apetece un caramelo?

 Di que no, aunque te cueste. / Sácalo de tu bolsillo
No hay nadie que gratis preste
Y encima un “cara-melillo”.

 Es algo tan personal / Que los pruebo cuando quiero
Y quedar no quedo mal
Te lo acepto, soy sincero.
(Siempre que ese caramelo / No sea trampa, ardid, camelo
Para tomarnos el pelo)

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