THALES DE LA MULETA
“Dadme un trapo y un palo y burlaré la
más feroz embestida del más noble animal”
Con esa frase podría haber pasado a la
historia, pero tuvo la mala suerte que allí donde la dijo estaba un escribano
con papel y lápiz y se la copió.
Thales de la Muleta quiso burlar toros
para regocijo de los suyos. Tuvo la mala suerte de cometer una atroz falta de
ortografía y le suspendieron en el ingreso de la Facultad Taurina para correr y
lidiar toros. ¡Vamos que se quedó en aprendiz de “pinchainas”!
Después de pasar unos años lidiado por
todos lados se encontró con un antiguo compañero de fatigas campestres que le recomendó para dar clases nada menos que en
Salamanca.
Tan famoso fue en el siglo XVIII que no
aprobó ninguna asignatura, sin embargo por una confusión de cara, salió a
hombros por la Puerta Grande de los Carros del Patio Viejo de su famosa y más
antigua catedral.
Si vais a Salamanca, delante de la fachada
de su Universidad, preguntad por Cano, descendiente de tercera o cuarta
generación, seguro que os contará la historia del tal Thales de la Muleta, que
bien merece que alguien recoja y publique en un libro electrónico de nuestros
días.
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X- Thales de la Muleta, autorretrato visionario
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