LA GRACIA, EL
SALERO Y EL ARTE DE
CONTAR HISTORIAS-
MARI PUERTO-
Cuando D. Luis
Cortés, catedrático de la Universidad de Salamanca, venía con su curioso
magnetofón a recoger historias y cuentos de La Alberca. Él sabía muy bien que
el mejor introductor y guía para ello era el médico, también escritor y amigo
Luciano Barcala. La habitación para grabar necesitaba unas condiciones de luz
eléctrica, por aquellos años de la década de los cincuenta y poder estar con
confianza y respeto que tenía el doctor entre sus gentes. Y la amistad e
inquietudes que les unía, especialmente literarias iba a ser la casa del doctor
el lugar idóneo para tales fines de grabación.
Recuerdo haber
visto pasar a la Tía Triz- Beatriz Mancebo-, a la señora Dolores, a la señora
Andrea Pascual, todas con más de ochenta años y una lucidez mental y campechanías, dignas de mención.
Quien más me
llamó la atención fue Mari Puerto que con quince años. Tenía una soltura, una
gracia y sobre todo salero albercano que entusiasmaba. Con su permiso aquí una
antigua grabación que le hice.
Mari Puerto
vivía los cuentos e historias que narraba, con sus pausas, cambios de
tonalidad, expresión y “decir serrano”,
con la máxima y agradable naturalidad.
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