EL LENGUAJE DE
LA TIJERA
Me estaba cortando el pelo. En un silencio
absoluto. Entendí que el peluquero… Parecía estar de luto. Ahora no hacía de
barbero.
Al verme quedar
sin pelo. ¡Pena me da caballero!... Lo siento, no lo lamente. Ya ve que
teniendo poco… No corte usted más de veinte. Lo demás hacerse el loco.
En silencio, las
tijeras. Quisieron decirme algo, al oído. Ya me entero.
El ritmo era
frenético. Y entenderlas, de eso nada.
Mas de pronto el
peluquero, las paró, limpió y ¡Adelante!
¿Qué sería lo
que escuchaba? -¡Tic que te tic, tic, tic! Ahora el ritmo era pausado: ¡Tic! -¡Tic!-
¡Tic!- Parecían gotas de agua. De lluvia en pequeño charco.
La pausa. Si yo
digo, lo que aquí estoy escuchando…
Va, ahora, de
ritmo más armonioso. Está detrás de una oreja. Hasta el tímpano llegaba ese
tic, tac; tic,con tic ;con tic tac. Seguía y se paraba. Se detenía y se
quejaba.
Tres toquecitos
con arte si lo escuchara Bethoven. Mozart. Schubert, Falla.
Bueno. Bueno, no
me corte .Y la tijera se para. Dime mejor que se calla. ¡Qué pena de melodía. Y
el no poder y querer grabarla!
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X-¡Qué cortes!
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