Gracias por tan
estupenda aclaración:
“Estimado lector:
Tengo ya la respuesta de los técnicos sobre el
tema que me planteó. Es la siguiente:
"El corte que se ve dentro de ese periódico
es la unión entre dos bobinas de papel. Lo normal es que se rechacen y se tiren
los ejemplares con restos de pegada y corte de forma automática, tanto los del
final de una bobina como los del comienzo de la siguiente. Ha debido fallar el
detector que rechaza esos ejemplares y alguno se ha escapado, como el de este
lector, aunque nunca debió salir de la planta.
Ya está hablado con la planta, que es la de Sevilla, para que revisen estos controles".
Defensor del Lector
Más en el mundo de las casualidades yo pienso
señor Defensor, que igual que el Sol tiene sus manchas solares. Las bodegas del
vino de Jerez sus caldos espirituales. La Luna sus seguidores lunáticos y las
Estrellas del cielo sus inmensos atractivos solares.-Pongamos por ejemplos-. La
prensa también tiene sus “Duendecillos de imprenta”. Creamos en todos ellos
mientras no podamos disponer de una vacuna que nos libere del excesivo
digitalismo que nos empieza a llegar en detrimento de la prensa escrita. Porque
si es con ella y en franca compañía, nos
alegra esa dualidad.
VEAMOS LO QUE SE DICE Y RESPIRA EN LA CALLE
Los duendecillos de imprenta / un buen día se
colaron
-Dicen
que nada se inventa-
Porque
el papel lo rasgaron.
Triscas. Triscas. Triscas. ¡Tris! /¿Por qué al
mío lo elegís?...
Si
yo vi sano otro País.
La anécdota es de Comenta / Pues nos dice el
Defensor
Que
falló el detector
Y
se fueron a la venta
Admirando
al buen lector.
No está mal que alguna vez / Surja un “algo”
singular
Que
mueva con avidez
Apasione…-¡Sí
señor!-
Y
se pueda comentar.
¡Si
se eleva!. ¿Va a volar…?
Lo mismo en Galapagar / que en Cádiz, Lepe o
Jerez.
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