Iban con sus pancartas a las puertas de los bancos. Indignados. Al mismo tiempo estos pajaritos a cientos se posaban también misteriosamente en el muro de este edificio. Parecen hechos incomprensibles pero así suceden.
Fue el POETA CALLEJERO, quien escribió estos versos detrás de la octavilla que le dieron. Después hizo un avión con el papel y lo lanzó al aire.
¿Llegarán estos versos a parar la feroz fuerza del viento de las acciones financieras que nos están destruyendo tanto? Los indignados son los que, apoyándose en la poesía, están pisando en verdad la tierra.
RES-CATE BANKIAL
Si el rescate es un buen cate
¡Venga! Qué bien les vendría
Cate, tras cate, tras cate
A la ilustre banquería.
Jubilan a los cincuenta
Al sumiso y noble empleado
Que hizo muy bien las cuentas
De atender sus allegados.
Y seguirán tan inmunes
Culpando al “Tranco” de España,
Que pone pegas los lunes
Y si prestan, más se ensaña.
Rabia nos da que el gobierno
Les inyecte capital
Si les mandasen al cuerno
¿Parecería a alguien mal?
Jubilan sus directivos
Con sueldazos millonarios
Por algo son los más vivos
Listillos y “estafalarios”.
Que rescaten al parado
-Está diciendo la gente-
Que las puertas han cerrado.
Y es luchador y valiente.
Y al que fue derrochador
Prestamista y sin solvencia
Las cuantas claras señor
¡Qué paguen ya su imprudencia!
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