EL
LENGUAJE DE LAS MANOS
Compras
un periódico. Lo lees. Lo requetelees. Marcas con un fluorescente aquello que
más te interesa. Cortas un artículo porque te gusta y prefieres guardarlo.
Después
de seguir este procedimiento día tras día y tener cara de periódico. Porque,
amigo lector, te contaré. No suelo comprar el periódico en el mismo sitio,
prefiero variar. Esto hace dudar algunas veces a los vendedores y me equivocan
con el que también viste gorra y se lleva
únicamente la prensa de la
localidad.
Pero
hay vendedores que me conocen bien, debe ser porque tengo cara de El País, y no
me preguntan me dicen: “va fatal”, “usted sabe elegir”, “mejora día tras día”, “es
el que más se vende”,..
Bueno,
pues si no me lo dan arrugado, sobre todo cuando es el último ejemplar, me voy
tan contento y continuo mi paseo camino ya de casa.
El
día 26 de febrero, no sé por qué no tenía ganas de leer más que los titulares y
ojear-¡ojo!- los “santos” de los
diferentes artículos. Fue fabuloso. Las fotografías eran lo más interesante que
te puedes imaginar -en este caso ver-.
Cogí
mis tijeras de cortar artículos y empecé a recortar fotografías. Me llamó la
atención las manos y cómo gesticulaban con ellas quienes allí aparecían. El resultado
lo puedes ver en este extrañísimo cuadro .
Algunos llevan una palabra o un mensaje alusivo.
No
obstante, pienso que las imágenes y en especial las diferentes manos hablan
por sí mismas, no necesitarían ni un solo
vocablo.
Las
palabras las lleva todas en su “mollera” el singular personaje del primer “envite”.
Burrito incluido, que camina por el sendero que marca la intelectualidad de la
palabra y que se lleva las palmas el más veraz e informativo “lenguaje de las
manos”.
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